Para preparar una entrevista de trabajo conviene tener en cuenta los
siguientes apartados
1.
Contenido
de la entrevista
El entrevistador
suele hacer preguntas relativas a:
- Currículum vitae: es el primer filtro por el que han de pasar los candidatos. Normalmente,
el entrevistador ya dispone de información previa al respecto pero puede querer
ampliarla o confirmarla.
-
Experiencia
en puestos similares
- Información personal: el entrevistador puede preguntarle al candidato cuáles son sus virtudes y
defectos, qué metas tiene, qué le gusta hacer, etc.
- Información relacionada con el
puesto: cómo se comportó el candidato en el pasado en puestos
similares. Si no tiene experiencia previa, es posible que le pregunte cómo se
comportaría en determinadas situaciones relacionadas con el puesto.
2.
Preparación
de la entrevista
Antes de la entrevista, conviene:
- Controlar pensamientos negativos anticipatorios: cambiarlos por otros más positivos.
- Anticipar y prepararse para posibles preguntas en función del tipo de
persona que buscan y las características del puesto.
- Efectuar un análisis previo de nuestros puntos fuertes y débiles. Sin
mentir, procurar “maquillar” o darle la vuelta a lo negativo, a nuestros puntos
débiles, presentarlos bajo una luz lo más favorable posible.
- Preparar argumentos a favor de nuestra “candidatura” y todo aquello que
podamos utilizar para dar una impresión positiva.
- Prever preguntas difíciles y ensayar respuestas
3.
Presentación e inicio de la entrevista
4.
Comportamiento
durante la entrevista
- Mantener un contacto visual adecuado: ni mirar fijamente ni rehuir la
mirada, mirar mientras escuchamos más tiempo del que miramos mientras hablamos.
- Mostrar un tono emocional acorde al contexto: animado, de estar interesado,
pero sin cargar las tintas.
- Hablar con un volumen de voz normal: ni demasiado alto ni demasiado bajo. Y
con un ritmo de voz adecuado: ni demasiado deprisa ni demasiado despacio.
- Ser muy cuidadosos con el lenguaje no verbal, con los gestos. Por ejemplo,
no retorcernos las manos, mordernos las uñas o los labios, tocarnos el pelo en
exceso, cruzar los brazos o cualquier otra conducta que denote inseguridad.
- Al contestar, hacer una pequeña pausa para pensar antes de hablar y responder
con tranquilidad, sin prisas. En caso de tener alguna duda, preguntar sin
miedo. Podemos repetir “en forma de eco” la pregunta del entrevistador para
tener un poco más de tiempo para pensar (por ejemplo: “quiere saber si tengo
experiencia en organizar grupos... bien, pues...”) Evitar muletillas (como “ejem”,
“mmm”, “bueno...”) o responder con monosílabos (“si”, “no”)
- Evitar dar información desfavorable acerca de nosotros: no mencionar bajas
anteriores, enfermedades, malas relaciones en otros trabajos, etc. En lugar de
eso, dar información favorable, como felicitaciones recibidas, largas temporadas
de estancia en un mismo trabajo, etc.
- Hablar en positivo: “darle la vuelta a lo negativo o maquillarlo”,
convertir la pega en ventaja (por ejemplo, en lugar de decir “soy tímido” decir
“soy una persona sensible y reflexiva”), subrayar nuestros puntos fuertes.
- No enrollarnos, no contar batallitas, responder de una forma clara y
concreta a lo que nos están preguntando.
- Procurar hacer preguntas al entrevistador, tanto para demostrarle que
estamos interesados en el puesto como para obtener información que puede ser
importante a la hora de decidir si el puesto nos interesa realmente.
- Formular comentarios que denoten interés y entusiasmo por el trabajo.
5.
Otras
recomendaciones
a)
Ante preguntas difíciles (aquellas que tocan
nuestros puntos débiles o nos ponen “contra las cuerdas”):
- Evitar tanto mostrarnos atemorizados y callarnos como responder con
brusquedad o de forma agresiva.
- Pedir que nos aclaren lo que quieren decir, si es necesario.
- Preparar la argumentación y ensayar previamente las respuestas a posibles
preguntas difíciles.
- No intentar engañar, pero ser astutos.
- No ofrecer por iniciativa propia información perjudicial
- Argumentar reduciendo el problema, demostrando que lo tenemos controlado.
b)
Hablar de nuestros logros: “he colaborado en…”, “he
tenido oportunidad de aprender…”, “estuve encargado de…”
c)
Denotar motivación y entusiasmo: “estoy muy interesado en…”,
“me motiva mucho poder…”, “me encantaría trabajar en un puesto como éste”, etc.
d)
Denotar seguridad. Cambiar:
- “Creo que.../ me parece que... por “estoy seguro de...”
- “No sé si sirvo para...” por “lo haré bien”
- “Eso me asusta...” por “venceré este obstáculo”
- “Seguro que hay candidatos mejores” por “estaré a la altura”
6.
Factores
de alto riesgo
- Mala presentación: vestimenta inadecuada, aire descuidado, estilo poco
profesional.
- Llegar tarde a la entrevista (o llegar con demasiada anticipación)
- Falta de preparación para la entrevista, demasiada improvisación.
- Falta de colaboración con el entrevistador. Por ejemplo, negativa a
responder a algunas preguntas.
-
Falta de cortesía, de tacto
- Falta de control emocional: temblor de la voz, tartamudeo, agitarse en el
asiento, frotarse las manos, dar vueltas al anillo o alianza, tocarse
continuamente la cara, pestañear frecuentemente, mirada huidiza, etc.
- Motivación poco clara para el puesto, falta de entusiasmo.
- Carencia de objetivos profesionales concretos y razonables.
- Mostrarnos resentidos (por ejemplo criticar a antiguas empresas o a algún ex
jefe), dejar ver que tenemos dificultades para llevarnos bien con la gente o
para ajustarnos al ambiente de los trabajos, o que somos personas conflictivas,
etc.
- Hablar demasiado o demasiado poco, no escuchar, hablar atropelladamente, etc.
- Mostrarnos demasiado agresivos o, por el contrario, demasiado
condescendientes o sumisos
- Mencionar una disponibilidad inmediata si el entrevistador sabe que
actualmente estamos en otra empresa.
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